22 de Febrero 2005

Otro de mis sueños

El fin de semana pasado, en la noche del viernes para el sábado, tuve otro de mis peculiares sueños. Si se perdieron el primer capítulo, pueden consultarlo aquí.

Me encontraba yo en una sociedad en donde ssus integrantes estaban separados en dos grandes grupos: uno conformado por los más brillantes, quienes vivían como reyes y tenían todos los privilegios imaginables, y el otro constituido por los individuos menos inteligentes, quienes estaban al servicio de los primeros.

Hasta ahí nada alarmante, e incluso suena como un modelo bastante justo de organización social. El problema estaba en el trato que recibían los brutos: unas personas (supongo que agentes de seguridad) les estrellaban el cráneo contra un bloque de roca sólida y salían transformados en unos zombies al estilo de Resident Evil o Exterminio.

¿En qué grupo estaba yo? Pues en un comienzo todos los miembros comenzaba con un nivel bajo de inteligencia, y para incrementarlo tenían que lograr escabullirse de los mencionados agentes y así ir acumulando puntos .

Si creen que toqué fondo con el último párrafo, mezclando zombies con agentes Smith y videojuegos, peor era la escala usada para medir el nivel de inteligencia: todos aquellos cuyo coeficiente fuese mayor a 192 kbits/s automáticamente entraban al grupo de los privilegiados. Y si alguno de ustedes no entendió eso, 192 kbits/s es el punto en el cual se considera que un mp3 tiene una calidad equivalente a un CD de audio .

Y todo eso ocurrió habiendo cenado únicamente dos naranjas.

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