Tras mucho tiempo de inactividad en este blog, quiero aprovechar la noche de hoy para confesarle algo a las cuatro personas que todavía no han eliminado a este sitio de su lector de feeds y sentirán mariposas en el estómago cuando vean que hay un artículo nuevo. Si hay algo que realmente odio en este mundo más que las ensaladas de pasta y los vendedores de Herbalife es a esos ecosonogramas modernos en 3D que hacen que los bebés luzcan como mutantes.

Lo peor es que luego los futuros padres van por todo internet mostrándolo con orgullo, como si fuesen fans de Rammstein que acaban de recibir una edición especial de Mutter.

Todo esto viene a cuento porque hace unos minutos estaba husmeando un perfil de Facebook y en la lista de amigos veo una foto que parecía ser una cara golpeada; muerto de curiosidad abro dicho perfil y resulta que la cara deforme que había visto no era más que uno de estos ecosonogramas. La cuenta corresponde al padre de la criatura, quien por alguna oscura razón decidió compartir ese eco con el mundo, quizás por simple felicidad, quizás para sentir que está justificando todo lo que pagó por él.

Hasta ahí nada del otro mundo. Me ha sucedido varias veces ya con amigos, amigos que tal vez estén leyendo esto y sintiéndose indignados. El detalle es que ese perfil enlazaba a otro con la misma foto, "la esposa" pensé. Pero no podía estar más equivocado, es el perfil del bebé que todavía no ha nacido. Una mezcla de demencia y marginalidad tan impactante que consiguió que saliera de mi letargo y escribiera estas líneas.

Si no me creen y piensan que soy simplemente un amargado (que tal vez lo sea) les dejo una captura del segundo perfil, en donde el aún no nacido le desea un feliz día del padre a su progenitor, quien a su vez responde con mucha pasión.

El perfil en cuestión tiene casi 50 contactos al momento de publicar esta nota. Las imágenes pueden verlas a mayor resolución haciendo click sobre ellas.