El día de hoy tenemos un video más épico que la posibilidad de haber juntado a Descartes, Kant y Nietzsche para hablar de filosofía; o, mejor aún, tener a Hitler, Stalin y Milosevic en un congreso sobre genocidio. Delfín Quishpe, la Tigresa del Oriente y Wendy Sulca se han unido para componer una canción dedicada a Israel con video incluido.

El video no tiene desperdicio alguno, empezando por los efectos, pasando por la letra y llegando al traje de Delfín y al niño bailarín de Wendy. Eso sí, se echa en falta la presencia de Amapolita de Arahuay y de Mariflorcita.

Aunque ustedes no lo crean, existen comerciales de peor calidad que aquel de la heladería Mundi Gelato.

El día de hoy tenemos un excelente video realizado por Patrick Jean que combina realidad con imágenes de computadora, en donde la ciudad de Nueva York es atacada por los clásicos videojuegos de 8 bits. Así pues, podrán ver desaparecer edificios por culpa de las piezas de Tetris, a Pac-Man devorando la línea del subterráneo, a Arkanoid golpeando estructuras, entre otros.

Sitio web: One More Production

Vayamos primero con las malas noticias: a tempranas horas de la tarde me atracaron cuando estaba saliendo de mi casa. Tercera vez en mi vida y lamentablemente meramente anecdótico dentro de las estadísticas de hurtos y robos de la ciudad.

Pero ahora pasemos a la parte buena y divertida de la historia. Los atracadores iban en moto y en pareja, y si bien me desvié al verlos con sospecha desde la distancia, se nota que estaban decididos a asaltarme y me abordaron. Ante el mensaje de "¡Quieto! Dame el koala" y la poco cortés advertencia de ofrecerme un tiro, no me amilané y me enfrasqué en una cruenta lucha con el ladrón que se bajó de la moto.

Seguramente la lucha no fue tan emocionante como la recuerdo en mi mente, pero lo que sí es cierto es que terminamos dentro de una tienda tal y como en las películas, tumbando a nuestro paso estantes y artículos ante la pasividad de los parroquianos. Lamentablemente, en un descuido mío el ladrón consiguió arrancarme el koala, pero más descuidado él que permitió que yo me quedara con su casco.

¿Qué tiene esto de bueno si igual me robaron y yo lo que obtuve fue un casco feo y usado? Pues que yo había salido sin reloj, sin celular, sin dinero y llevaba mi koala viejo, uno que estaba por romperse y que tenía varios cierres trancados. Por lo que al final, más allá de la molestia de tener que sacarme la cédula y los duplicados de las llaves, sólo se llevaron unas monedas y unos billetes de 2 BsF.

Igualmente, como es probable que mucha gente no me crea este heroico relato, aquí les dejo una foto de mi franela con la sangre del malandrín y otra con su casco, el cual está a la venta por el precio que quieran, haciéndole caso a la recomendación del pana LuisRaa.

Sí, soy un miserable que se pone a pelear por tan poca cosa. Cuestión de principios.

No, no se me ocurrió pegarle con el casco. Fue ya calmado en casa que me di cuenta que pude haberlo hecho.